Daño cerebral
Nuestra experiencia
Creemos firmemente que puede hacerse mucho por las personas afectadas de daño cerebral, para poder recuperar su antigua vida y en cualquier caso, mejorar su calidad de vida y la de su entorno.
El trabajo constante, los avances tecnológicos, la formación continua, nos proporcionan la experiencia necesaria para que, en la actualidad, los pacientes evolucionen favorablemente.
Características de los tratamientos
Los tratamientos han de ser:
PRECOCES
La rapidez en el comienzo del tratamiento mejora los resultados finales y acorta los tiempos del mismo. Esta precocidad exige, en cada momento, adaptarse a la estabilidad de los pacientes y progresar en función de su mejoría clínica y la evolución neurológica.
PERSONALIZADOS
La planificación terapéutica, no obedece a un método preestablecido por muy consolidado que esté; partimos desde las funciones preservadas del paciente, y de aquí dirigimos los esfuerzos hacia aspectos como la atención, la memoria, la orientación, la voluntad, la conciencia de enfermedad, así como la movilidad, la marcha y la comunicación.
INDIVIDUALES
Las terapias deben tener la cualidad de focalizar la atención del paciente ya que es la única forma de provocar su concentración y por tanto su aprendizaje. Además, cada paciente presenta lesiones distintas y no homogéneas con diferentes grados de severidad y exigencia. Incluir a más de una persona en determinadas terapias es un error de concepto y una práctica que debe evitarse.
INTENSIVOS Y PROLONGADOS
La intensidad de las terapias provoca reacciones cerebrales más tempranas y mejora la neuroplasticidad.
En los últimos tres años, Hospitales y Universidades de Norteamérica, Canadá y Europa reconocen que los tratamientos neurorrehabilitadores necesitan no menos de 4 horas diarias y hasta 1 año de duración para que se consiga recuperar y consolidar muchas de las funciones perdidas con una mínima garantía.
Tecnología aplicada
2 Pulsioxímetros portátiles.
3 Respiradores volumétricos.
4 Laser, Electroterapia y Vibroterapia.
5 Gimnasio de Rehabilitación Neurológica General, con equipamiento secuenciado para la recuperación de la marcha.
6 Equipo Vitalstim para la deglución
7 Wii Rehabilitation
8 Realidad Virtual
9 Plataforma de Rehabilitación Cognitiva Neuronup
Servicios
Valoración del daño corporal, cognitivo y logopédico.
Peritaciones, y asistencia a juicios.
Emisión detallada de informes de Evaluación diagnóstica.
Evaluación Neuropsicologíca
UNIDAD TRATAMIENTOS
Tratamientos de Rehabilitación integral
PROGRAMA DE REGRESO AL DOMICILIO Y REINSERCION FAMILIAR
PLANIFICACIÓN DEL TRATAMIENTO
En el Servicio de Rehabilitación de Daño Cerebral participan distintas Unidades que cubren los aspectos clínicos, físicos, emocionales y cognitivos:
La planificación del tratamiento neurorehabilitador esta condicionada por la estabilidad clínica, nivel de conciencia, grado de dependencia y soporte familiar del paciente; por tanto estos factores determinan los objetivos de cada departamento, el número de horas y tipo de terapias diarias (planificación horaria).
A continuación exponemos el papel de cada Unidad integrante del Servicio de Daño Cerebral. con las funciones desarrolladas por cada profesional:
Unidad de Logopedia
– Revisión de los informes aportados por la familia y/o remitidos por los hospitales de referencia u otros centros especializados de tratamiento.
– Recogida de datos sobre antecedentes familiares y personales de interés e historia de la enfermedad actual.
– Entrevistas clínicas con los familiares y/o responsables del paciente, en caso necesario.
– Evaluación, valoración y diagnóstico de la existencia o no de alteraciones en la deglución:
–Examen de las funciones orofaciales básicas (respiración, soplo, tos y reflejo de arcada).
–Examen de las estructuras faringo-laríngeas (paresia y/o asimetría facial, desviación lingual, sellado labial, velo palatino, maxilares, articulación témporo-mandibular y tono muscular).
–Examen de la movilidad orofacial (cejas, labios, lengua, mejillas, mandíbula y velo palatino): fuerza, rango, velocidad, precisión, estabilidad motriz y tono.
–Examen del patrón masticatorio y deglutorio: normal o atípico.
–Examen de las fases de la deglución: oral preparatoria, oral de transporte, faríngea y esofágica (alteraciones deglutorias, estasis salival, aspiraciones, degluciones fraccionadas, pausas prolongadas, cambios de voz, tos frecuente, sensación de falta de aire…).
–Examen deglutorio adaptado para el niño con parálisis cerebral (succión, deglución, mordida y masticación).
–Método de Exploración Clínica Volumen-Viscosidad (MECV-V) para detectar posibles disfunciones en la eficacia y seguridad de la deglución: bolos alimentarios de 3 viscosidades (néctar, líquido y pudin) y 3 volúmenes crecientes (5, 10 y 20 ml.).
–Monitorización de la saturación periférica de oxígeno (pulsioxímetro).
–Diagnosticar el tipo de disfagia (orofaríngea/esofágica, mecánica/funcional).
–Valorar el tipo de alimentación en función de la gravedad de la disfagia: alimentación por vía oral/ nutrición enteral por sonda nasogástrica o de gastrostomía.
–Establecer el tipo de dieta por vía oral: basal, de fácil masticación y triturada.
–Determinar la consistencia de los líquidos en función de la cantidad de espesante: néctar, miel y pudin.
-Evaluación, valoración y diagnóstico de la existencia o no de alteraciones en la voz:
–Examen de la función vocal: análisis acústico de la voz mediante programa informático (Praat), cálculo del cociente de fonación y prueba s/z.
–Valoración de los parámetros fono-respiratorios: espirometría, tipo respiratorio y cálculo de los diferentes tiempos fono- respiratorios (fonatorio, espiratorio, de apnea, de espiración y de emisión máxima).
–Valorar el comportamiento fonatorio general durante el habla espontánea y la lectura de un texto: postura, coordinación fono- respiratoria, ritmo del habla y volumen de la voz.
– Solicitar, en caso necesario, la derivación al especialista de ORL para una exploración anatómica y funcional de la laringe.
-Evaluación, valoración y diagnóstico de la existencia o no de alteraciones en el habla:
– Examen general de la motricidad orofacial y faringolaríngea: simetría facial, soplo, tipo respiratorio, masticación, deglución, estasis salival, praxias orofaciales…
– Examen adaptado de la motricidad orofacial y faringolaríngea para el niño con parálisis cerebral.
– Examen fono-articulatorio por repetición de palabras y frases.
– Registro Fonológico Inducido mediante la presentación de imágenes.
– Examen de la inteligibilidad global del habla.
-Evaluación, valoración y diagnóstico de la existencia o no de alteraciones en el lenguaje (oral y escrito) y en la comunicación:
– Valoración del lenguaje en niños en la etapa preverbal: atención visual y auditiva, imitación, seguimiento de órdenes, intención comunicativa, vocalizaciones…
– Valoración de la expresión verbal: evaluar la capacidad para repetir, evocar, denominar por confrontación visual, recitar series automáticas, describir, conversar y expresarse espontáneamente.
– Valoración de la comprensión oral: evaluar la capacidad para identificar imágenes, seguir órdenes simples y complejas y comprender material ideativo complejo.
– Valoración de la lectura: evaluar la capacidad para discriminar letras y palabras escritas, reconocer palabras escritas, comprender el deletreo oral, emparejar dibujo y palabra y leer oraciones y párrafos.
– Valoración de la escritura: valorar la mecánica de la escritura, la transcripción de series de letras y numéricas, el dictado elemental, la denominación por confrontación escrita, el deletreo dictado, oraciones dictadas y la escritura narrativa.
– Valoración de la entonación melódica y la reproducción rítmica.
– Valoración de la capacidad de cálculo simple y complejo.
– Valoración de las habilidades visuoconstructivas.
– Diagnosticar trastornos del lenguaje (afasia), estableciendo el tipo de afasia en función de la modalidad de lenguaje afectada (motora, motora mixta, sensorial, anómica, global…).
– Elaboración de informes logopédicos de evaluación en los que se informa de los resultados obtenidos, del diagnóstico y del plan de tratamiento.
2.- FASE DE TRATAMIENTO.-
– Establecer los objetivos generales y específicos de la intervención.
– Rehabilitación de las alteraciones en la deglución:
– Terapia miofuncional: ejercicios activos y pasivos para mejorar la movilidad, el tono, la potencia y la fuerza muscular de los órganos afectados (labios, lengua, maseteros, paladar blando y articulación temporo-mandibular).
– Estimulación eléctrica de la musculatura facial y faringo-laríngea.
– Inicio de la ingesta alimentaria por vía oral en paciente portadores de sonda de nutrición enteral (nasogástrica o de gastrostomía).
– Técnicas compensatorias y maniobras de deglución adecuadas al tipo de afectación.
– Modificaciones en la consistencia de la dieta, en el volumen del bolo y en la viscosidad de los líquidos.
– Seguimiento de las dietas progresivas en pacientes con disfagia: purés finos, purés consistentes, alimentos con textura constante, alimentos con cualquier textura y dieta normal.
– Asistencia y/o supervisión durante las comidas del paciente con disfagia.
– Asesoramiento a familiares y cuidadores de pacientes con problemas de disfagia que se encuentren en régimen ambulatorio.
– Rehabilitación de las alteraciones de la voz:
– Tratamiento de la respiración: instaurar el tipo respiratorio correcto, controlar el aire espiratorio, aumentar o disminuir el volumen de voz e instaurar una correcta coordinación fono- respiratoria.
– Reeducación del control postural.
– Mejorar los parámetros acústicos de la voz: tono, timbre, intensidad, melodía, entonación…
– Rehabilitación de las alteraciones del habla:
– Tratamiento de los procesos motores del habla para corregir el defecto articulatorio: coordinación fono-respiratoria, postura, tono y fuerza muscular orofacial, resonancia, fonación, articulación y prosodia.
– Rehabilitación de las alteraciones del lenguaje expresivo y receptivo:
– Tratamiento de la expresión verbal:
. Trastornos del débito: reducción del habla/ jerga logorreica.
. Trastornos fonéticos: corregir la alteración y deformación de los fonemas, tratar las apraxias orofaciales, readquirir los fonemas afectados y reducir la disprosodia.
. Trastornos fonológicos: corregir las transformaciones de las palabras por sustitución, omisión o desplazamiento de los fonemas (parafasias).
. Alteraciones lexicales: actualizar el léxico, corregir la falta de vocablo (anomia) y facilitar la búsqueda de palabras.
. Alteraciones sintácticas: corregir el agramatismo (“habla telegráfica”) o el paragramatismo (alteraciones aleatorias de los elementos de una frase).
– Tratamiento de la comprensión oral:
. Trastorno gnósico: mejorar la discriminación de los sonidos.
. Trastorno psicolingüístico: acceder al significado de las palabras.
. Trastorno acústico- mnésico: facilitar la retención de información verbal.
– Rehabilitación del lenguaje escrito:
– Tratamiento de los procesos perceptivos: discriminación visual y auditiva.
– Tratamiento del procesador léxico: ruta visual y ruta fonológica.
– Tratamiento del procesador sintáctico: estructura de las frases y signos de puntuación.
– Tratamiento del procesador semántico: comprensión de la información.
– Tratamiento de la memoria a corto plazo y memoria de trabajo.
– Elaboración, entrenamiento y generalización de Sistemas Alternativos de Comunicación (SAC) para aquellos pacientes con imposibilidad o importante limitación para comunicarse con las personas de su entorno.
– Manejo y asesoramiento sobre ayudas técnicas para la comunicación adaptados a las limitaciones específicas del paciente: ordenadores y tableros de letras, palabras o imágenes.
– Intervención logopédica en parálisis cerebral infantil:
. Relajación de la musculatura orofacial.
. Facilitación postural.
. Tratamiento de la alimentación y control del babeo.
. Tratamiento de la articulación del habla.
. Estimulación del lenguaje expresivo y receptivo.
3.- FASE DE ALTA.-
3.1. Régimen ambulatorio:
– Informes logopédicos de alta a régimen ambulatorio con el objeto de informar sobre la evolución del paciente desde el inicio del tratamiento hasta el momento del alta, considerando la opción o no de continuar con el tratamiento logopédico.
– Elaboración y aplicación de planes específicos de intervención para reforzar los logros adquiridos.
– Asesoramiento a familiares y cuidadores de pacientes con disfagia sobre pautas específicas de alimentación.
– Asesoramiento a familiares y cuidadores de pacientes con trastornos del lenguaje y de la comunicación para facilitar la interacción verbal y el uso de comunicadores.
3.2. Definitiva:
– Informes logopédicos de alta definitiva donde se refleja la evolución del paciente desde el inicio del tratamiento, los logros conseguidos, los déficits que todavía pueden persistir, la posibilidad de beneficiarse aún de tratamiento logopédico y unas orientaciones sobre el manejo domiciliario en caso de disfagia o de trastornos del lenguaje y de la comunicación.
Unidad de Neuropsicología
Inicialmente, la actuación del neuropsicólogo puede venir solicitada con una finalidad de evaluación, valoración y diagnóstico de las funciones psicológicas superiores y el estado afectivo-comportamental, con el objetivo de conocer el problema que presenta el paciente, la causa y las implicaciones del mismo.
De manera más específica, el objetivo de la valoración puede ir encaminado a la detección y localización de lesiones cerebrales, en casos como afectaciones cerebrales de escasa gravedad, inicio de procesos degenerativos, disfunción cerebral mínima, etc.
Los diagnósticos diferenciales también pueden ser un objetivo de la valoración neuropsicológica, es decir, discriminar si las alteraciones que presenta el paciente tienen una base orgánica, o por el contrario son funcionales, como por ejemplo el diagnóstico diferencial de depresión/demencia.
También, el proceso de evaluación puede ir dirigido hacia el estudio y detección de la simulación en los procedimientos judiciales, en los cuales puede haber duda de la veracidad de la afectación y/o la exageración de las posibles alteraciones.
En el mismo ámbito judicial, la valoración puede ir orientada a la realización de peritajes neuropsicológicos forenses, en los cuales se trata de objetivar y determinar con el mayor grado de exactitud posible las dificultades y sus implicaciones para la vida de la persona. Es decir, se valora las consecuencias asociadas a trastornos neurológicos en su vertiente bio-psico-social y laboral.
En cuanto al ámbito laboral, la evaluación de las funciones psicológicas tras una lesión cerebral se realiza para considerar la posible reintegración al ámbito laboral.
Por otra parte, con población infantil el estudio puede ir encaminado a aspectos más específicos, como la evaluación del retraso mental y la valoración de las necesidades educativas especiales.
QUÉ EVALÚA Y VALORA EL NEUROPSICÓLOGO
Básicamente podemos dividir el campo de estudio del neuropsicólogo en dos: las funciones psicológicas superiores y los afectos, las emociones y el comportamiento.
Las funciones psicológicas superiores son aquellas capacidades cognitivas que nos permiten afrontar, de manera eficaz y con eficiencia, las exigencias de la vida diaria a las que nos encontramos expuestos las personas a lo largo de nuestra vida, y podemos distinguir las siguientes:
– La orientación: ésta abarca 4 dimensiones. La personal, en la cual se explora la información más esencial y cercana a la persona (nombre, edad, fecha de nacimiento, estado civil…). La temporal, en la que se valora los parámetros temporales (día de la semana, día del mes, mes y año). La espacial, en la que se estudia el grado de conocimiento que tiene la persona sobre su ubicación (lugar en que se encuentra, ciudad…). La situacional explora el grado de conocimiento que tiene la persona sobre su situación presente (qué le ha ocurrido, dónde está y para qué está en el hospital…).
– La atención: es el mecanismo básico que subyace a todos los procesos cognitivos y que posibilita que la persona pueda centrarse en cualquier actividad que se proponga, sin perder el curso de la misma, pudiendo mantenerse un periodo inmerso en una actividad (estudiar, conducir, leer un libro, ver la televisión, seguir una conversación, llevar a cabo cualquier tarea doméstica y rutinaria del hogar…).
– La heminegligencia: es la dificultad para atender y responder a los estímulos de un hemiespacio y un hemicuerpo, contralateral a la lesión.
– La velocidad de procesamiento de la información y ejecución: es la velocidad con que nuestro cerebro procesa la información y puede emitir una respuesta. Cualquier actividad de la persona necesita una velocidad adecuada para funcionar de manera eficaz. Tras una lesión cerebral, el cerebro se enlentece, necesitando más tiempo para hacer cualquier actividad (hablar, contestar, pensar, escribir…).
– El lenguaje es la facultad que nos permite comunicarnos con los demás, pudiéndose considerar una modalidad expresiva y otra comprensiva, por lo que nos permite entender los mensajes transmitidos y emitir los nuestros propios. Es decir, es la base de las relaciones personales y la comunicación social. También, el lenguaje es un instrumento para la actividad intelectual (pensar, memorizar, representar la realidad…) y para la organización y regulación de los procesos mentales (planificar, programar…). El lenguaje se puede ver alterado de diferentes formas, constituyendo cada una de ellas un síndrome característico (afasia).
– La lectura y la escritura son formas especiales de lenguaje comprensivo y expresivo. Por ello, las personas con alteraciones en el lenguaje (afasias) van a tener dificultades para expresarse por escrito o entender instrucciones y mensajes escritos. También podemos valorar las alteraciones de la lectura y la escritura de manera independiente y sin alteraciones en el lenguaje (alexia y agrafía).
– La destreza aritmética es la capacidad para identificar y comprender el valor numérico y realizar operaciones de cálculo (manejo del dinero, cuentas y problemas…). Igualmente se encuentra afectada en las alteraciones del lenguaje, pero también se pueden presentar alteraciones de manera independiente (acalculia).
– La memoria constituye uno de los campos más importantes de la exploración neuropsicológica. El tipo de problema variará en función de las estructuras cerebrales afectadas. Unas personas tendrán alteraciones generalizadas, otras para retener la información verbal (nombres, textos…), otras para retener la información visual (imágenes, escenas, espacios físicos…), en otras para la información más inmediata, (repetir un número de teléfono), en otras los problemas serán para retener el orden temporal de los hechos, etc. La memoria es lo que hace, en gran parte, que las personas seamos diferentes. “Somos lo que nuestra memoria es”, desde que nacemos vamos acumulando experiencias y recuerdos, y cuando estos desaparecen por una lesión, se nos borra toda nuestra historia personal. Las dificultades se pueden hacer patentes en la vida diaria presentando problemas para retener la información que directa o indirectamente se le administre a la persona (lo que ha hecho el día anterior, quién ha llamado por teléfono, conversaciones, películas, lectura de prensa y libros, e incluso se puede repetir en determinados aspectos por olvidar que ya habló de ellos…), así como de memoria prospectiva (qué tiene que hacer mañana, qué hay que comprar, qué comida había que hacer hoy…). Igualmente, los problemas de memoria pueden conllevar la imposibilidad para reconocer caras y personas familiares (se puede tomar a la esposa y a los hijos como extraños), o el espacio inmediato en el que nos movemos (desorientarse y perderse en un lugar conocido).
– Las funciones ejecutivas son evaluadas de manera rigurosa en la exploración neuropsicológica constituyendo las capacidades cognitivas implicadas en la iniciación, planificación, programación, control y regulación de todos los procesos cognitivos y el comportamiento. Posibilitan manejar adecuadamente la información que nos llega, permitiéndonos comprender e integrar eficientemente las exigencias de la vida diaria, y actuando de una manera programada y planificada, anticipando las consecuencias de nuestra conducta (elaborar la comida, las actividades domésticas, hacer la compra…).
– Las funciones visuales superiores van a ser necesarias para manejar toda la información en la modalidad visual que percibimos diariamente, y distinguimos entre éstas tres grupos:
– Funciones visuoperceptivas;
o Problemas en el análisis y síntesis visual (discriminar diferencias entre imágenes similares, inferir una imagen desde un elemento).
o Problemas en el reconocimiento de objetos y dibujos (agnosia visual), en donde el paciente no sabe qué es un objeto o dibujo determinado y conocido.
o Dificultades en el reconocimiento facial (el paciente no reconoce caras, ni siquiera de las personas más allegadas).
– Funciones visuoespaciales:
o Problemas para localizar un punto en el espacio y hacer seguimiento visual.
o Problemas para apreciar la distancia de un punto en el espacio.
o Dificultades para reconocer la misma imagen u objeto en diferente posición.
o Problemas de orientación topográfica (las personas se desorientan espacialmente y pueden llegar a perderse).
o Heminegligencia visual (dificultades para responder a la estimulación de un lado del espacio, puede ser el derecho o el izquierdo).
– Funciones visuoconstructivas:
o Problemas para ensamblar (hacer rompecabezas, construir figuras con partes…).
o Problemas para copiar y realizar dibujos.
– Las funciones motoras son exploradas mediante el estudio de la motricidad, lateralidad manual, la orientación derecha/izquierda, la coordinación visomotora y la realización de movimientos y gestos (praxias) con las manos (complejas) y con la boca y cara (orofaciales).
– La percepción y reproducción de estructuras rítmicas consiste en la imitación y realización de secuencias y ritmos, cuya alteración está muy relacionada con trastornos como la dislexia o las afasias.
– La exploraciónde las funciones superiores cutáneas y cinestésicas procede por estudiar las sensaciones cutáneas y las musculares y articulares. Son de gran importancia para examinar las áreas del cerebro que reciben dicha información, valorándose también el tacto, la discriminación y sensibilidad táctil.
– Funcionamiento intelectual general o cociente intelectual (C.I.): mediante escalas de inteligencia obtenemos el rendimiento intelectual general de la persona, como medida global del funcionamiento cognitivo.
Desde el punto de vista afectivo-comportamental se tratan los siguientes problemas:
– Apatía, desinterés y desmotivación.
– Falta de iniciativa e incumplimiento de actividades.
– Impulsividad.
– Falta de conciencia de enfermedad y de los déficits (anosognosia).
– Confabulación (lagunas de memoria que el paciente rellena con fantasía y tienen repercusión comportamental).
– Irritabilidad y agresividad.
– Conducta sexual inapropiada.
– Desinhibición.
– Despersonalización (sentimientos de estar separado de su propio cuerpo y procesos mentales).
– Desrealización (sensación de que lo que vive el paciente es irreal y extraño, como un sueño).
– Actitud pueril e inmadurez.
– Egocentrismo.
– Labilidad emocional (cambios de humor rápido)
– Dificultad para la expresión emocional (aprosodia).
– Dificultad para el control y regulación comportamental.
– Déficit en las habilidades sociales.
– Suspicacia o ideación paranoide.
– Alteraciones en el contenido del pensamiento (ideas delirantes, sobrevaloradas, obsesivas…).
– Alteraciones en el curso del pensamiento (concretismo, rigidez, pensamiento prolijo, perseverante…).
– Alteraciones perceptivas (alucinaciones).
– Trastornos del estado de ánimo.
Desde el punto de vista psicopatológico se valoran alteraciones que pueden venir asociadas o no a la lesión cerebral:
– Trastornos por ansiedad.
Fobias específicas.
Fobia social.
Agorafobia.
Trastorno por pánico.
Trastornos obsesivos compulsivos.
Trastorno por estrés postraumático.
Ansiedad generalizada.
– Disfunciones sexuales.
Deseo sexual hipoactivo.
Trastorno por aversión al sexo.
Trastorno de la erección en el varón y de la excitación en la mujer.
Trastorno de la eyaculación.
Trastorno orgásmico femenino.
Problemas y terapia de pareja.
– Trastornos somatoformes.
Hipocondría.
Trastorno dismórfico corporal.
– Trastorno del estado de ánimo.
Depresión.
Trastornos bipolares.
– Trastorno facticio (fingimiento o producción intencionada de los síntomas).
– Trastornos de la Personalidad.
Específicamente, en población infantil se valora:
– Encefalopatías y parálisis cerebral.
– Trastornos de las funciones cognitivas.
Problemas de aprendizaje (lectura, escritura y cálculo).
Deficiencia mental.
– Trastorno del lenguaje.
– Trastornos de la comunicación e interacción social.
– Trastorno de las conductas motoras
Problemas de lateralización.
Disgrafías.
Dispraxias.
Inestabilidad psicomotriz.
– Trastornos del comportamiento.
Comportamiento negativista, desafiante, hostil y agresivo.
Fobias y miedos.
Conductas y rituales obsesivos.
Conductas histéricas.
Trastornos por déficit de atención con hiperactividad.
– Trastornos afectivos.
Depresión.
Angustia y Ansiedad.
– Problemas de control de esfínteres.
DEVOLUCIÓN DE LA INFORMACIÓN:
Una vez finalizada la evaluación, se procede a comunicar los resultados mediante dos procedimientos:
– Realización de informe escrito.
– Información verbal a la familia y/o al paciente.
ESTABLECIMIENTO DE OBJETIVOS Y ELABORACIÓN DEL PROGRAMA DE INTERVENCIÓN
Posteriormente, se establecen los objetivos generales, los objetivos específicos iniciales y se elabora el programa de intervención:
– Objetivos psicológicos y neuropsicológicos.
– Objetivos cognitivos específicos para desarrollar en Terapia
Ocupacional.
INTERVENCIÓN
El siguiente paso es la intervención, la rehabilitación y llevar a cabo los tratamientos psicológicos y neuropsicológicos apropiados, usando el amplio repertorio de técnicas y procedimientos psicoterapéuticos disponibles con adultos, adolescentes o población infantil.
Establecimiento de las pautas para el manejo del paciente por el personal hospitalario y por la familia (programas de modificación de conducta, agresividad, problemas de memoria severos…).
SEGUIMIENTO
– Seguimiento del curso evolutivo cognitivo-conductual dentro del proceso terapéutico.
– Reestructuración de los objetivos iniciales.
– Elaboración de informes clínicos trimestrales.
– Información periódica a la familia.
– Coordinación y supervisión de Terapia ocupacional.
ALTA
Elaboración de informes clínicos de alta de los pacientes tratados, en los cuales se refleja de manera detallada cual es la situación psicológica o neuropsicológica al alta y se establecen unas orientaciones.
Unidad de Fisioterapia
Nos encontramos con profesionales especializados en fisioterapia neurológica, así como en fisioterapia respiratoria y traumatológica. Los mismos se sirven del empleo de diversas técnicas de fisioterapia para mejorar la calidad de vida del paciente.
Unidad de Terapia Ocupacional
– Valoración de Actividades básicas e instrumentales de la vida diaria
– Valoración de la funcionalidad del miembro superior (brazos y manos)
– Fijación de objetivos
FASE DE TRATAMIENTO
– ASPECTOS MANIPULATIVOS
Realización de Actividades básicas: alimentación, vestido, aseo personal, control de esfínteres, porte, trasferencias, Recomendaciones de ayudas técnicas.
Entrenamiento de las ABVD
Tratamiento postural del paciente hemipléjico y realización de transferencias
Terapia funcional miembro superior: Ejercicios manipulativos, psicomotricidad fina y movilizaciones
ASPECTOS COGNITIVOS
Ejecutar los tratamientos prescritos desde el departamento de Neuropsicologia
Realizacion de Estimulación cognitiva mediante la plataforma Neuronup, wii rehabilitation, realidad virtual, ejercicios grafomotores en papel….
Realizacion de actividades Instrumentales: Manejo del dinero, movilidad y trasporte, orientación topográfica y mapas,…
FASE DE ALTA
Minimizar el coste de las ayudas técnicas y humanas necesarias mediante el estudio de la adaptación de la vivienda.
Realización de protocolo de cuidados domiciliarios
Favorecer la motivación e incentivación del paciente y de sus cuidadores.
Establecer unas pautas de manejo del paciente en el hogar desde todos los puntos de vista (transferencias, higiene, sexualidad, entretenimiento,…).