Cómo aumentar la confianza de tu hijo
La confianza es uno de los ingredientes clave en un niño sano y feliz. Enseñar a un niño a tener confianza en sí mismo es una tarea importante que los padres tienen desde el principio de la vida de un niño. La confianza ayudará a los más pequeños a llevarse bien con los demás y creen que son dignos de tener sana y amorosa relaciones a medida que maduran.
Aquí tiene 8 maneras de construir la confianza en su hijo:
Con entusiasmo y elogios.
Cuando un padre presta atención con entusiasmo a algo que está haciendo su hijo y que le gusta, el niño se va a sentir feliz de que sus padres se sientan orgullosos de él. Esto dará lugar a que el niño se sienta con confianza y orgulloso de estar realizando una actividad con la que sus padres están realmente orgullosos.
* Consejo: Si tu hijo está compartiendo un juguete con su hermano o amigos, por ejemplo, “Me encanta cómo compartes con tu hermano! Me siento orgulloso de que pienses en sus sentimientos!”.
Dale amor incondicional:
Muéstrale amor incondicional, con abrazos, besos y verbalizaciones. Dile cuánto lo quieres, no importa lo que haga. La autoestima de un niño se forja cuando lo aceptas tal y como es, sin importar cuáles son sus fortalezas o debilidades.
Cuando tengas que regañarlo por un comportamiento incorrecto, explícale que es su comportamiento y no él lo que es inaceptable. Por ejemplo, en lugar de decirle “¡Eres un niño malo!” , dile: “No estuvo bien que le hicieras eso a Juan, puedes hacerle daño, intenta no volver a hacerlo”.
Instruir en la resolución de problemas.
Cuando los niños saben cómo resolver los problemas por sí mismos, esto les ayuda a manejar situaciones difíciles de forma independiente. Dependiendo de la edad del niño, necesitarán cierta orientación para resolver los problemas según su dificultad. Además, modelar reacciones apropiadas a los problemas es la mejor manera de que tu hijo pueda aprender a resolver los problemas cotidianos.
* Consejo: Es aconsejable ir modelando el lenguaje para que los niños entiendan la diferencia entre problemas grandes y pequeños. Por ejemplo, cuando un niño derrama agua en el suelo y su ropa le pueden decir, “este es un pequeño problema, voy a conseguir una servilleta para limpiar el agua”. Si se quema la mano en la cocina, puede decir, “este es un gran problema, voy a necesitar una pomada para ponerme en la quemadura”.
Déjale que cometa errores:
Si pone un vaso lleno de agua cerca del borde de la mesa y se cae, no lo regañes. Mejor explícale cómo debe de poner el vaso la próxima vez para que no pase lo mismo. Ayúdale a entender cómo hacer para mejorar sus actos y que es normal cometer errores de vez en cuando.
* Consejo: A veces es bueno no estar corrigiendo constantemente a tu hijo antes de que vea las consecuencias de lo que va a pasar. Cuando un niño ve por sí mismo las consecuencias de ”colocar un vaso al borde de la mesa” es más efectivo que si le estás avisando de que el vaso se va a caer, necesitan experimentar las consecuencias para aprender a corregirlas.
Preparea a tu hijo para el éxito
Anima a tu hijo a participar en actividades en las que esté interesado o disponga de un talento natural. Enséñale que es un individuo único y que se beneficiará de la mejora de sí mismo en función de sus capacidades y deseos. Cuando las habilidades de un niño mejoran, su confianza aumenta.
* Consejo: Mira y observa a tu hijo para entender sus intereses y talentos. Una vez que encuentre algo que les interese o que tengan curiosidad, anímales a participar en actividades sobre ese tema en concreto.
Evita las comparaciones.
Es fácil hacer comparaciones entre niños diciendo: “¿Por qué no puedes ser tan tranquilo como Manuel?” O “¿Por qué no te sientas con la espalda recta como Sara?”, Comparando a tu hijo con otros niños puede hacer que se sienta mal consigo mismo, en lugar de aumentar su confianza. dándoles un cumplido o elogiarlos por un comportamiento que ha elegido.
* Consejo: Cuando sientas que quieres comparar tu hijo con otro niño, piensa, “Tengo la suerte de que este es mi hijo. Él es bueno en otras actividades, ningún niño es perfecto y dale la orden directa de ”procura estar más tranquilo” o ”siéntate recto” sin hacer comparaciones.
Dale responsabilidades a tu hijo.
Dale determinadas responsabilidades a tu niño, las tareas deben ir en función de la edad que tenga el niño. Esto ayuda a que se sienta más válido y útil. Cuando los niños se sienten valiosos, su confianza aumenta.
* Consejo: Las responsabilidades deben variar dependiendo de la edad del niño y el nivel cognitivo que tenga. Para los niños más pequeños, se deben de elegir tareas fáciles y más manejables, mientras que para los niños mayores se puede elegir tareas de mayor dificultad.
Aquí hay algunas tareas a considerar: Poner la ropa en el cesto de la ropa sucia, ayudar a doblar y guardar la ropa, lavar los platos, llenar o vaciar el lavavajillas, alimentar y sacar a la mascota, guardar los juguetes, preparar comida sencilla, recoger el correo, ayudar a preparar el almuerzo para llevar al colegio, etc.
* Consejo: Si quiere pedirle una tarea que no gusta del todo a tu hijo, le puedes decir que se va a encargar de hacer una tarea ”especial” para que parezca más emocionante y menos aversivo.
* Consejo: Crear una “tabla de tareas” para ayudar a tu hijo a saber cuáles son sus puestos de trabajo.
Establece límites:
Establece reglas y límites, que sean razonables para la edad de tu hijo. Por ejemplo, si le dices que tiene que comer en la cocina, no le permitas que coma en su habitación.
Un niño con límites y reglas interiorizadas es un niño mentalmente sano porque sabe que puede y no puede hacer, esto además facilitará la crianza a los padres.
Es importante que sepas que algunas reglas no se pueden cambiar. Eso le ayuda a sentirse más seguro y hará las cosas automáticamente sin cuestionarlo. Seguramente tengas que repetirle muchas veces las reglas y limites, antes de que las interiorice y las siga él sólo. Procura ser claro y consistente, y demuéstrale que confías en él.
* Consejo: enséñale normas de comportamiento básicas, como no gritar a los demás, no pegar, no interrumpir a los mayores, no sacar la lengua, ayudar el casa etc. De esta manera, cuando se comporte de manera positiva automáticamente evitará muchas represarías, y esto ayudará a su autoestima.
Acepta sus emociones:
Cuando tu hijo tenga una rabieta, procura ver las cosas desde su punto de vista. Explícale con tranquilidad que lo entiendes pero que no es motivo para tener una rabieta así y sigue actuando con normalidad, de esta manera estás validando sus emociones y a la vez evitas reforzar que vuelvan a pasar ese tipo de conductas.
Ayúdale a sentirse cómodo con sus emociones definiendo o nombrando lo que siente.
* Consejo: por ejemplo, si le da una rabieta en el supermercado porque no le compras el juguete que él quiere, dile: ”entiendo que te pongas triste, pero no puedo comprarte todo lo que quieres”.